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Adicción a los videojuegos

¿Qué es la adicción a los videojuegos?

Algunas actividades cotidianas, como jugar con videojuegos, pueden terminar generando dependencia. Lo que comienza siendo una inofensiva actividad recreativa, termina controlando la vida del jugador. A este tipo de adicciones se les llama adicciones comportamentales.

La adicción a los videojuegos es una enfermedad mental. Quien la padece necesita jugar de forma compulsiva a este tipo de juegos para sentirse bien, lo que le lleva a perder el control sobre su uso y su vida.

Es esta pérdida de control la que define la adicción.
Además, los videojuegos no son malos por sí mismos, al contrario: cuando no se abusa de ellos, comportan muchos beneficios. De hecho, se usan para prevenir y tratar trastornos mentales y emocionales entre los jóvenes.

Los videojuegos suponen un desafío a la persona, pero a la vez resultar placentera. Para superar los retos que nos proponen, utilizamos nuestras habilidades, perseverancia y aprendizaje adquirido mientras jugamos.

Cuando lo conseguimos, vivimos nuestra victoria como una recompensa que nos provoca placer y alegría, además de alimentar nuestra autoestima.

Aunque en en su debida medida es algo bueno, en el caso de los videojuegos puede dar pie a que algunas personas con problemas emocionales se vuelvan dependientes.

Los adolescentes son un buen ejemplo de grupo vulnerable a desarrollar este problema. A su edad, se enfrentan a muchos cambios que a menudo no asimilan bien y no siempre saben cómo gestionar emocionalmente.

Los videojuegos pueden convertirse, entonces, en un refugio para evadirse de sus preocupaciones e incluso fantasear con que su realidad es diferente a la que viven.

Consecuencias de la adicción a los videojuegos.

Un adicto a los videojuegos ya no juega por placer, sino por necesidad… Y la necesidad conlleva sufrimiento.

La abstinencia de juego provoca en quien la sufre un dolor que es emocional y psicológico, a veces incluso físico.

A este mal hay que añadir la aparición de la tolerancia a los efectos placenteros de jugar videojuegos: el enfermo cada vez podrá aguantar menos tiempo sin recurrir a ellos, por lo que dejará de lado otros intereses y también sus obligaciones para poder jugar más.

Este círculo vicioso trae consigo consecuencias de distinta índole para el enfermo y su entorno.

Estas son algunas de las consecuencias que acarrea:

  • Confusión entre realidad y fantasía.
  • Agresividad.
  • Falta de empatía.
  • Frustración y dificultad para expresar emociones.
  • Perdida de otros intereses.
  • Mala nutrición.
  • Cansancio e insomnio.
  • Deterioro de las relaciones personales y profesionales/escolares.
  • Conflictos familiares.

¿Cuáles son los síntomas de adicción a los videojuegos?

Los videojuegos son una opción de ocio tan sana y válida como cualquier otra, siempre que no se pierda el control sobre su uso ni priven a la persona del tiempo para otros asuntos.

Sin embargo, hay que preocuparse si se observan las siguientes señales de alarma:

  • Abandono de aficiones y otras actividades.
  • Aislamiento. Se dejan de ver con frecuencia a los amigos y se evitan planes que no tengan que ver con jugar videojuegos.
  • La persona reacciona con ira o ansiedad cuando no puede jugar.
  • Fracaso escolar o problemas en el trabajo.
  • El tiempo dedicado a los videojuegos es cada vez mayor.
  • Depresión.
  • Poca comunicación.
  • Baja de autoestima.
  • Se sorprende a la persona mintiendo sobre el tiempo que realmente invierte en jugar.
  • Cansancio, dificultad para levantarse por las mañanas.

¿Cómo evitar la adicción?

Es posible disfrutar de los videojuegos sin obsesionarse con ellos ni dar pie a una adicción.

En el caso de los más jóvenes, es necesario que sus padres sigan una serie de recomendaciones para evitar ese peligro:

  • Acordar un horario para jugar videojuegos (y respetarlo, aunque la partida no se guarde o se esté jugando online con otras personas que van a seguir jugando).
  • Programar las otras actividades del día.
  • Tener el ordenador o la consola en el salón u otra estancia común, en una zona común.

¿Cómo tratar la adicción a los videojuegos?

Cuando tratamos la adicción a los videojuegos, el objetivo no es que el enfermo los abandone por completo y para siempre, sino conseguir que pueda disfrutarlos sin compulsión de por medio.

Para lograrlo, es necesario que el tratamiento combine dos terapias:

  • Una individual, para tratar los problemas concretos que han llevado a la persona a desarrollar la adicción y darle herramientas para gestionarlos sin necesidad de refugiarse en los videojuegos.
  • Una grupal con todos los miembros de la familia, para ayudarles a comprender la enfermedad de la adicción y cuál es su papel en la recuperación del adicto.

Conclusión

NO hay ningún problema en jugar videojuegos, sí en la pérdida de control sobre su uso.

En la actualidad, no se puede privar a los jóvenes de esta distracción, pero sí es necesario que se les supervise el tiempo de juego y asegurarse de que no están recurriendo a ellos para tapar alguna carencia.

Si pese a todas las precauciones nos toca vivir de cerca una adicción, es muy importante no quitarle importancia y pedir ayuda profesional cuanto antes.