¿Qué es la adicción a internet y redes sociales?
Hasta hace muy pocos años la adicción a internet, redes sociales y a los videojuegos no era visto como un problema. En la actualidad, se ha tomado consciencia de los problemas de dependencia a las nuevas tecnologías, siendo cada vez más personas que lo sufren pasando horas y horas enganchadas sin parar.
Según un estudio realizado por la Fundación Pfizer (2009), el 98% de los adolescentes españoles de 11 a 20 años es usuario de internet. De estos, un 70% afirman acceder a la red por un tiempo diario de, al menos, 1,5h y en torno al 3-6% hace un uso abusivo de internet.
El uso de internet es positivo siempre que no se dejen de lado el resto de las actividades propias de la vida normal. El abuso es cuando el uso de este produce aislamiento social, ansiedad, afecta a la autoestima y hace perder la capacidad de control, a pesar de que uno puede creerse “muy popular” porque tiene largas listas de amigos en sus redes sociales.
El estar navegando, le genera un “bienestar”, ya que no tiene que pensar en lo que realmente le sucede, esto hace que la conducta se vuelva cada vez más fuerte y la persona va perdiendo la posibilidad de controlar el impulso de no navegar.
Señales de alarma de dependencia a internet
Las principales señales de alarma que denotan una dependencia a las a las redes sociales son:
- Sentirse irritado excesivamente cuando la conexión falla o resulta muy lenta.
- Mentir sobre el tiempo real que se está conectado.
Es posible disfrutar de internet sin obsesionarse ni dar pie a una adicción.
En el caso de los más jóvenes, es necesario que sus padres sigan una serie de recomendaciones para evitar ese peligro:
- Acordar un horario para jugar videojuegos (y respetarlo, aunque la partida no se guarde o se esté jugando online con otras personas que van a seguir jugando).
- Programar las otras actividades del día.
- Tener el ordenador o la consola en el salón u otra estancia común, en una zona común.
¿Cómo tratar la adicción a los videojuegos?
Cuando tratamos la adicción, el objetivo no es que el enfermo los abandone por completo y para siempre, sino conseguir que pueda disfrutar sin compulsión de por medio.
Para lograrlo, es necesario que el tratamiento combine dos terapias:
- Una individual, para tratar los problemas concretos que han llevado a la persona a desarrollar la adicción y darle herramientas para gestionar sus emociones.
- Una grupal con todos los miembros de la familia, para ayudarles a comprender la enfermedad de la adicción y cuál es su papel en la recuperación del adicto.
Conclusión
NO hay ningún problema con las redes sociales ni internet, sí en la pérdida de control sobre su uso.
En la actualidad, no se puede privar a nadie de esta distracción, pero sí es necesario que se supervise el tiempo y asegurarse de que no están recurriendo a ellos para tapar alguna carencia.
Si pese a todas las precauciones nos toca vivir de cerca una adicción, es muy importante no quitarle importancia y pedir ayuda profesional cuanto antes.